La semana pasada compré una malla de mandarinas. Estaban de oferta y tenían muy buen aspecto.
Al llegar a casa vi que una de ellas tenía una pequeña picadura pero no le di importancia. Así que la dejé en la malla.
Pasados un par de días la picadura empezó a coger un color blanquecino. Pensé que solo estaba en una mandarina y ya la quitaría de la malla en otro momento.
Tres días más tarde media mandarina estaba ya cubierta de moho. La dejé en la malla porque estaba demasiado ocupado y no tenía tiempo.
Hoy varias mandarinas están ya podridas. Además han empezado a pudrirse algunas otras frutas del frutero.
No dejes que crezca el odio.