Desde hace algún tiempo he ido guardando en una caja roja algunas historias, relatos, microcuentos y pensamientos. Algunos reales, otros imaginarios. Ahora los comparto con vosotros...

martes, 24 de febrero de 2015

Microcuento

Sabía que nunca podría ganar. Ninguna jugada le llevaría a la victoria. Y, a pesar de eso, jugó.

domingo, 15 de febrero de 2015

De colores



Asistí a la exposición más por obligación que por devoción. Me tocaba cubrir el evento cultural del momento, la inauguración más esperada en el mundo del arte de los últimos tiempos. Pocas veces un artista vivo había acaparado tanta expectación entre la crítica especializada y, sobre todo, entre el público en general.

Mis jefes querían chicha, que consiguiera alguna declaración jugosa del pintor que se escondía de los medios. Desde que adquirió su reconocimiento artístico se había negado a conceder entrevistas o hacer declaraciones a ningún periodista que se lo había solicitado. Corría el rumor de que todo era algún tipo de campaña publicitaria, perfectamente orquestada, para conseguir un efecto de misterio sobre el personaje. Sin duda, eso le hacía aún más intrigante.

Al entrar en la galería descubrí que no era el único medio allí presente. Entre el gentío de VIPs, expertos en arte y curiosos en general pude distinguir a más de un colega de profesión. A algunos los saludé desde la distancia con una leve inclinación de cabeza. A otros directamente les ignoré.

Después de ese primer vistazo me fijé en los cuadros expuestos. Reconozco que no tengo una especial predilección por el arte contemporáneo. Siempre he pensado que no entiendo el significado de muchas de las obras de este tipo de arte. Soy más de arte clásico, algo que pueda saber qué representa con solo mirar.

No fui capaz de descubrir ninguna forma conocida en ninguno de ellos, ningún elemento que me recordara a algo real. En ocasiones, intentando no ser visto para no sentirme ridículo, incluso entrecerraba los ojos buscando que la imagen borrosa trasladara alguna idea a mi cabeza. Nada. Sin embargo, algo había en aquellos cuadros. Producían desasosiego, alegría, nostalgia, esperanza, frialdad, ternura…

Justo delante de uno de los cuadros, cacé la conversación de dos de los invitados. Hablaron de la técnica depurada e innovadora, de la destreza en el uso del pincel, del atrevimiento en la expresividad del trazo, de la mezcla especialmente atrayente y transgresora de los colores. Apunté mentalmente todas aquellas expresiones para incluirlas en mi artículo.

Después de un par de horas deambulando por la galería y recabando algunas opiniones de los presentes, sentí la necesidad de acudir al baño. Los camareros del catering no dejaban de cruzarse, bandeja en mano, entre los invitados y no me corté en amortizar mi estancia allí a base de cerveza. Seguí las indicaciones de uno de los camareros y subí por unas escaleras al fondo de la galería. No encontré ni rastro del baño, pero llegué a un balcón superior, por encima de la galería, desde el que se divisaba toda la estancia desde un nuevo punto de vista. Me pareció el lugar perfecto para sacar unas cuantas fotos y busqué mi cámara en la bolsa que llevaba en bandolera.

- Hay buenas vistas desde aquí… - una voz masculina me asustó desde mi derecha.

No había visto al joven alto, delgado y de piel morena que se apoyaba contra la pared al final del balcón. Llevaba un jersey gris de cuello vuelto y un pantalón negro. Con la escasa luz que había allí arriba, era fácil pasar desapercibido con ese atuendo.

- Sí, buenas vistas… Perdona, no te había visto… Con tan poca luz, pues…- le respondí. 
- Esa era la idea. – me cortó con una sonrisa. - ¿Periodista? – preguntó señalando a mi cámara y mi cuaderno que sujetaba en las manos.
- Sí, pero no especializado. Digamos que me ha tocado porque no había nadie más disponible. 
- Mmm… Y ¿qué te parece?
- ¿La exposición? Pues para serte sincero, no entiendo qué hay en esos cuadros… O sea, no veo ninguna figura, ningún paisaje, ninguna persona… No los entiendo…
- Ya… - dijo con otra sonrisa. 
- Aunque te reconozco que me gustan. No sé por qué… Hay algo en ellos que me atrae. Creo que es por los colores, la combinación de los colores es lo que me gusta… Me producen agobio algunos de ellos, otros transmiten buen rollo, algunos cierta tristeza… No sé, no tengo claro cómo explicarlo…
- Pues si vas a escribir sobre ellos, deberías tenerlo claro, ¿no? – una sonrisa más. Empezaba a parecer que se estaba burlando de mí.
- Y a ti, ¿qué te parecen los cuadros? – aproveché para conseguir un testimonio más.
- Pues no sé si contártelo… Quiero decir que no sirve de mucho que te cuente mis impresiones porque son las mías y puede que ni siquiera te parezcan adecuadas… Seguramente ni siquiera veo los colores como tú, tus rojos son mis verdes y tus verdes mis rojos… Yo veo un loco en una colina, una familia desestructurada, un tornado en mitad del océano, unos niños jugando en el parque, una pareja discutiendo, un oasis en un desierto... Así que mi opinión me vale sólo a mi… Pero, ¿no es eso, en el fondo, lo que persigue el artista? ¿Que cada uno vea en sus cuadros su realidad? ¿Que cada uno sienta cosas diferentes con su obra? En el fondo, ¿no es eso lo que llamamos arte?

A pesar de que hablaba con cierta arrogancia, reconocía que llevaba algo de razón.
- ¿Conoces al pintor? – seguí buscando material para mi artículo. 
- Un poco… No se deja conocer… Y no sólo en el sentido literal… Creo que es un tío demasiado complejo y demasiado acomplejado como para que nadie le conozca. Diría que ni él mismo se conoce. – respondió con otra de sus sonrisas que me acabo de convencer que, definitivamente, se burlaba de mí.
- ¿A qué te refieres? ¿Cuáles son esos complejos?  
- Espera, espera… ¡Esto parece una entrevista! Y yo no concedo entrevistas.

Se marchó sin más, dejándome con una más de sus sonrisas y con unas cuantas preguntas rondando por mi cabeza. Volví a mirar hacia la galería desde el balcón, por si le veía aparecer por las escaleras y regresar a la exposición. Pero nada, ni rastro.

Al recorrer los cuadros de nuevo con la mirada recordé una de sus frases “tus rojos son mis verdes y tus verdes, mis rojos”. Y tuve claro el titular de mi reportaje.

lunes, 9 de febrero de 2015